Saca de octubre de 2007
D.O. Manzanilla Sanlúcar de Barrameda
15% alc.
Edición limitada a 2500 botellas de 75 cl
Bodega: Miguel Sánchez Ayala S.A. Sanlúcar de Barrameda
La ya agotada cuarta edición de la serie “La Bota de…” se seleccionó de la solera de la más criada manzanilla que guardan las bodegas M. Sánchez Ayala, situadas en el Barrio de la Balsa de Sanlúcar de Barrameda, entre las calles Banda Playa y Divina Pastora. Fueron 1.500 botellas que han volado literalmente, ya que a su salina complejidad y a su poderío en boca, se une la infrecuente cualidad de “desaparecer” a toda velocidad: botella que se abre, botella que al rato está vacía, a poco que haya al menos dos o tres comensales sentados a la mesa.
El vino se mantiene espléndido durante varios días después de abierto, pero la verdad es que, debido a ese carácter “evaporativo”, son pocos quienes han podido comprobarlo en persona. Ahora se presenta una nueva oportunidad para ello con la octava edición de “La Bota de…”, que consiste en una nueva saca de aquella misma solera. En esta ocasión, algo más de 2.500 botellas, para lo cual se han seleccionado los doce toneles que muestran un perfil más característico y auténtico, a juicio de los exigentes miembros del Equipo Navazos, de las cuarenta vasijas que componen la solera de esta manzanilla.
Se trata de un vino de pago, pues los mostos de los que se alimentan las criaderas de esta manzanilla proceden de los viñedos de la finca Las Cañas, situada en el Pago Balbaína. La finura de estos mostos, unida al ambiente húmedo y suave creado en estas bodegas sanluqueñas por la cercanía del océano y de la capa freática, producen un vino delicado, con marcado acetaldehído como consecuencia de la ininterrumpida crianza bajo velo flor. Siguiendo la tradición sanluqueña, esta manzanilla se cría a lo largo de una docena de escalas que son corridas en frecuentes sacas.
La Bota de Manzanilla, por su personalidad y frescura, es una insuperable compañera en la mesa, desde aperitivos hasta guisos contundentes en los que ayuda a refrescar el paladar. Ha sido embotellada en rama, para preservar su autenticidad, lo que aconseja tratar estas botellas con el cuidado que su excepcional calidad merece, ya que se trata sin duda de uno de los grandes vinos blancos del mundo.